jueves, 27 de junio de 2013

Como sobrevivimos (la pareja) la revolución Gemelar II

II.La Visión paterna



Desde el instante que acepté escribir sobre este tema supe que debía ser en un todo sincero, pero a su vez percibo que una transparencia absoluta repercutirá negativamente en varios aspectos, a saber:

-Conocido es que las palabras cuando se encuentran escritas ya pierden la cualidad volátil que al ser dichas sustentan, ya no se las lleva el viento.

-Temo que mis hijos piensen el día de mañana al encontrar en un papiro maloliente este texto que casi fueron el desencadenante de la debacle familiar.

- Temo también escribir cosas que no he dicho en el seno familiar y así tener que enfrentar una batería de consultas que creía prescriptas.

- Pero sobre todas las cosas temo dar letra al bufete de abogados de la reina gemelar en caso de nuevos cimbronazos!!!

En primer lugar para limpiar de culpas a los futuros muchachos, quiero decirles que los problemas que sobrevinieron a su nacimiento estaban relacionados con ellos, pero a causa de la falta de sueño, creo que si en lugar de padres de gemelos nos hubiésemos transformado en adictos al café y ya no hubiésemos podido dormir, las consecuencias serían tal vez similares (tal vez la caída de la cama de una tasa de café no hubiese desencadenado la primer valija repleta de ropa de esta historia…pero para sustentar mi tesis, supongamos que si).

Y en segundo lugar (si abogados, me pongo detrás de los niños, ya no podrán aducir que sólo pienso en mi) yo ya no era yo, mi transformación y mis días caóticos ya fueron descriptos en este blog anteriormente, y este ser que hoy escribe se debatía (y se debate) entre su necesidad de proteger y cobijar al trío amado, su gran cantidad de yerros (que hasta a mi me sorprenden), el fin de la vida social, y  el transitar por una cuerda floja en lo laboral.

Y también, dejando para lo último lo más importante (jejejeje, imagino sus caritas al leer esto, que harán con el código cívil) el cambio más drástico de todos, que es el que debió afrontar la reina madre. De profesional superexitosísima a trabajar desde casa (y cuando pueda), sin salir del hogar por semanas enteras, dando teta a las pequeñas crías, en un acto de amor desenfrenado durante más de ocho horas diarias y con el agravante ya mencionado hasta el hartazgo de no dormir, de no dormir durante más de un año más de una hora de corrido.

Creo ya haber mencionado las más importantes variables de esta historia, a continuación
narraré en tres párrafos, lo que yo creía que sucedía, lo que yo creo que ella creía que sucedía y como logramos solucionar estos inconvenientes (o como guardamos en el cajón más alto la valija del adiós).


Párrafo 1.  Mi visión de los hechos: Tras sonar el despertador el joven trabajador, novel padre de gemelos opta por no ponerse el traje de superman y va a entrenar, vuelve antes que se despierten los herederos de su gran poder, realiza el primer cambio los deja desayunados y adormecidos en cuna o carrito para facilitar el día a su amada compañera y sale a la calle con la desazón en el pecho de haber tenido que dejar a su familia pero con la convicción que la tarea a realizar ayudará desde lo económico al desarrollo y la felicidad familiar. Promete estar de vuelta a las 16.00. Sale del trabajo 15.30 aunque sus compañeros, jefes y portero le miren mal, primero en su escalafón está la familia; le sobra el tiempo para llegar a su casa y poder con más sacrificio y sin descansar otorgarle a su amada tiempo de recreación, pero… muchos autos por acá, pasa el tren por acá, una manifestación acá… ya pronto llegará!!! Observa el teléfono, se encuentra a escasas tres cuadras de su casa y son las 16.12, no tan mal, pero observa que tiene 38 llamadas perdidas y 8 mensajes de texto que repiten una y otra vez que le ha sido arruinado "el día" de esparcimiento(cuidadosamente seleccionado de entre 365) a la reina madre, que cuando entre se despida dulcemente de sus hijos, que ya tiene LA VALIJA armada y que en minutos pasan a recogerla a  ella y a los pequeños.


Párrafo 2. Mi visión sobre su visión de los hechos: El se va corriendo y me deja a mi acá, total en el trabajo son todos vagos, se la pasan charlando de futbol, seguro que salen a almorzar afuera y a tomar cervezas mientras yo acá vivo con un pibe en cada teta, si hoy no llega a las 16.00 me voy con los pibes a lo de mi mamá, recién son las 14.30, pero la debe estar pasando tan bien que yo voy doblando la ropa, no vaya a ser cosa que me agarre desprevenida. En 15 minutos le entro a dejar mensajes y a llamarlo, total seguro que ni mira el teléfono de tanto que se está divirtiendo. Ya son las 15.58 debería estar acá, en fin… ya armé la valija, si llega ahora hago como que es tarde y me voy igual… para colmo no llego, ahora me enojé en serio, ya va a ver… 

Párrafo 3. Tras estas dos versiones (ambas distorsionadas sobre lo que yo creía ser y lo que creía que ella pensaba) parecería no haber punto de encuentro alguno, cada quien cree estar cediendo más que el otro y que sus labores no son reconocidas. No se duerme, no se tiene tiempo para uno y lo que se tiene a mano para exteriorizar esto es la pareja, que es quien podría darme el tiempo que necesito.


Pero cuando la suerte parecía echada, y la valija ya esperaba entretenida en la puerta de salida, el amor, la vida juntos y la infinidad de rutas transitadas pero sobre todo las que todavía no transitamos siendo cuatro(!!!!) hacen aparecer tras las sombras que nos abruman la real dimensión de la otra persona, repentinamente se ilumina y vemos todos los rasgos que siempre nos enamoraron, y con otros rasgos nuevos, que reconocemos también en nuestros hijos y nunca podrán separarnos. La receta es el dialogo y el amor (aunque también sirve guardar la  valija en ese estante en el que sin una escalera ella no va a llegar).

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