lunes, 29 de abril de 2013

LA METAMORFOSIS PATERNA (II)


Metamrofosis psíquica
En mi posteo anterior comenté los cambios físicos que sufrimos los padres de mellizos/gemelos desde el momento mismo de su nacimiento. Estos cambios, por más drásticos que sean, son mínimos en comparación con los que nuestra mente sufrirá.
El principal factor de nuestra implosión cerebral es la falta de sueño, falta que creeremos circunstancial pero que nunca se detendrá. Lo primero que notaremos es un deterioro en el habla, a nuestro nuevo aspecto de naufrago resignado en medio del mar (ver LA METAMORFOSIS primera entrega) le sumamos un balbuceo monosilábico carente de sentido que nos asemeja en conjunto cada vez más y más a nuestros primates ancestros.
Otra característica impiadosa de esta nueva persona que nace en nosotros junto a nuestros gemelos es la alarmante pérdida de todo tipo de memoria. La memoria a largo plazo se ve disminuida, los recuerdos se tornan vagos y se funden en un único recuerdo que abarca todo y no recuerdan nada, éstos dejan de ser historias en nuestra memoria y pasan a ser sensaciones, todos estos claros síntomas de nuestro retorno a lo animal, a lo fundacional, a lo básico y cada vez más alejados de lo propiamente humano. Pero la memoria a corto plazo es la que enciende definitivamente una alarma en nosotros, se evidencia incipientemente en la antes mencionada pérdida del habla, el proceso es el siguiente: se busca una palabra específica y no se encuentra, se busca otra sustituta y el resultado es el mismo, se intenta armar una frase que disimule nuestro nuevo y elemental vocabulario y tampoco hay nada por ahí, es es el momento en que resignados abrimos la boca para proferir: DAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, o peor aún PRRRFFFFFFFFFFFFFFFFFF… Luego de este estadío inicial, liderado por la pérdida de la dicción, la memoria a corto plazo se derrumba y ya nada podremos retener, todo se escapa de nuestras redes, hasta lo más sencillo; para ejemplificar esta segunda y definitiva etapa de la desaparición de memoria a corto plazo voy a transcribir una conversación telefónica que tuve cuando los chicos ya habían cumplido 5 meses, segundos después de acordar en casa un pedido para comer:
-TUUUUUUUUUH TUUUUUUUUH….. Hola, casa de comidas, en qué lo puedo ayudar?
-…… Ehhh,….. este,…… quería pedir comida (¿?)…….
-Sí, lo escucho, que desea pedir?
-……..Ehhhhhhh…..Un……Una…. Ehhhhh……..Perdón!  TUUUUUUUUUUUUUUUUUUHH!!!
Y así fue, se perdió para siempre, la lista consensuada con la reina gemelar, segundos antes del llamado ya no estaba, no había como buscarla, sin herramientas para salvar la situación el corte abrupto de la conversación resultó la única salida encontrada a tan cotidiano problema.
Pero más allá de todo lo descripto, la facultad mental que sufre más abolladuras es la atención. Nada tarda en presentarse esta cruel transformación, un instante estamos alerta y atentos a todo lo que nos rodea y al segundo siguiente (coincidente con el segundo siguiente al nacimiento del dúo) nos pueden tirar una pelotita de tenis a escasísima velocidad y golpeará nuestra nariz antes que podamos levantar una mano o darnos cuenta siquiera que algo puede golpearnos. Ejemplo testigo de mi experiencia: a pocos días de nacidos los chicos nos preparábamos los cuatro para terminar de realizar su documentación, la tarea era nueva, y revestía una gran dificultad: la multiplicidad de factores a tener en cuenta; salimos de casa en pos del auto con el bolso, los papeles que ya tenían, más los hijos y los padres… Ahhhhh, ya no parece tan difícil!!!, adentro un bebé, adentro otro bebé, adentro el bolso, adentro la madre y adentro yo que conducía. Esto fue mucho más sencillo de lo que pensaba, auto en marcha… primera cuadra, todo va bien!!!... dos, tres y hasta cuatro cuadras!!!, prueba superada???? SIIIIIII..TOC….toc? que fue eso? Espejo retrovisor y….. lluvia de papeles de todos los colores y tamaños!!! (La carpeta con sus documentos venía viajando en el techo!!!) Toda la joven historia de nuestros pequeños, en formato de documentos, cual lluvia pega en los parabrisas de colectivos y coches que furibundos surcan la ciudad. La historia continúa con la recuperación de los papeles corridas y gritos en el medio de la calle, no hubo heridos ni lesionados, sólo mi atención que ese día no pudo ser recuperada ya nunca más, como sí lograron ser recuperados el resto de los papeles (a dios gracias!).
Y en eso nos vamos convirtiendo, aspecto de naufrago, cerebro de simio: una suerte de Tarzán debilitado y extraviado, falto de higiene y de palabras y que cuida con las pocas herramientas que le quedan la entrada de su cueva. Sí, ahí adentro están ellos tres, madre e hijos. Las transformaciones no podrán evitar la nueva tarea, en la entrada, con un libro antes y con un hueso ahora: cuidar la cueva… es la misión…cuidar la cueva.

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