Conforme los niños crecen, ganan independencia
y personalidad, atras quedan esos bebés que necesitaban tanto de nosotras y que
todo lo acataban. Resulta ser que de un día para el otro, los gemelos ya no quieren la SOPA de verduras, lo hacen
saber sin mas y hasta se atreven a detectar la presencia contrabandeada de una
acelga dentro de una croqueta, confiscandola para mandarla al tacho!
Mi reflexión llega a este punto después de una
serie de episodios de la vida cotidiana que me han dejado tambaleante como
madre, el ridículo se ha trasnformado en mi acompañante diario y casi tengo que
adoptarlo como propio para no sufrrilo mas!
Todo comenzó un día que decidí salir con los
dos niños, ya caminantes y saltarines
al patio común que une a nuestro vecindario. Actividad que si bien
parecía ser de los mas inocente y sencilla, me planteaba seriAs dudas, ya que
conociendo a mis gemelitos y su aversión a los limites y ordenes, temía
por el resultado. Mas mi optimismo innato me empujó fuera de la puerta con los
niños, y sí, fue dejarlos correr unos instantes para casi de forma dominó
cayeran una pieza detrás de la otra.
Por su puesto, lo primero que intentó uno de mis gemelos rapidamiente fue subir
corriendo las escaleras del edificio; mientras que el otro salió disparado para
el sector del tablero de electricidad.
Sabiendo que no iban a responder a mis
ordenes entré en una disyuntiva irresoluble, muy comun en las madres gemelares,
y decidí correr hacia el que iba camino a por su caja de herramientas a jugar al electricista. Gritos
de por medio, lo caze, y salí corriendo las escaleras para alcanzar al otro que
ya se encontraba al borde de un semi-precipicio. Ambos empezaron su clasico
berrinche y se pusieron flojos para que no los pudiera llevar! Para esto, los
vecinos empezaron a asomarse con risas primero, al ver a ambos niños gemelos,
pero viendo mi cara de pánico ya acudieron en mi ayuda, fue asi que pude volver
a mi casa para cerrarla con llave doble!
No fue el unico episodio, me ha sucedido lo
mismo en la calle saliendo ellos disparados en direcciones opuestas, en el parque
cuando se querian sacar las zapatillas y no volverselas a poner y en el super,
cuando ambos querían bajarse del carrito, etc. Los niños montan rabietas porque
no quieren hacer lo que les digo y terminamos siempre en la misma: ellos rojos
del llanto y yo bordó, por los malabarismos y el rídiculo. Demás está decir que
termino toda despeinada, con un rollo afuera y con una cara de loca insuperable!
Así que definitivamente me he gando el premio
del hazmereír del barrio, ha sido un largo camino el que he recorrido, pero lo he logrado, he
llegado a ganarle a la colifata de la esquina, que siempre tiene alguna
historia delirante hilarante que contar, imagínense!!
Debo decir entonces, que es asi que comienza el largo y arduo camino de
la independencia de nuestros hijos. Es el camino de la resistencia, del
foquismo, del piquete; en suma, de la trayectoria de la revolución misma. Aquella
que se producirá definitivamente cuando nuestros niños, siendo unos adolescentes
granujas vengan a refutarnos cada una de nuestras máximas y sentencias para
proponer sus propias reglas y orden; ese será el día que estaran listos para
volar de casa solos, libres por la vida!
Algo de lo cual deberiamos estar
orgullosos, porque en definitiva nuestra mision como padres
en la vida es esa, no? Que los niños crezcan y puedan desempeñarse solos! Sin
embargo, nuestros sentimientos frente a esto muchas veces son contradictorios, y
paradojales: no queremos que se resistan, no queremos que nos hagan una rabieta
porque no quieren comer la sopa, no queremos que nos cuestionen, en definitiva:
no queremos que crezcan???!
Pues claro que no, no a costa de nuestra dignidad, pero
sobre todo porque no aceptaremos que dejen de ser nuestros bebotes, a los que siempre vamos a cuidar y mimar, nunca lo vamos
a permitir, de lo contrario no nos hubiéramos transformado en padres!
Y ustedes??? Cuentenme como viven el crecimiento de sus múltiples??
Madre mia, este post podria haberlo escrito yo misma! En mi escalera y el barrio donde vivo tambien hemos dado algun que otro espectaculo con Piruleta y Patatona. Asi que hasta que dejen de estar tan asilvestrados procuramos salir y meternos en el garaje a toda leche. Un besote.
ResponderEliminarTremendo, creo que definitivamente deberemos dedicarnos al teatro andante. Cada vez mas espectaculos estamos dando y esto va en aumento!!!! Gracias x visitarnos!! Un besote
EliminarJaja digo lo mismo que Rath, tu post también refleja mi día a día con los niños.
ResponderEliminarLa estrategia de dejarse flácidos para que no los pueda coger me pasa tal cual! Creo que un día les voy a romper un brazo porque cuando no queda otra los llevo casi a rastras... Nosotros vivimos en una urbanización con zonas comunes muy amplias y parque infantil, y es el único sitio al que salgo sola con ellos sin el carrito-autobús. Cuando es hora de ir a casa y se resisten, echo a andar y no miro atrás. Ellos se tiran al suelo a llorar, pero si me ven decidida a no volver a por ellos, finalmente acaban echando a andar entre sollozos y el camino de vuelta a casa se transforma en un via crucis ante la mirada divertida de cuanto vecino se cruza en nuestro camino...
Yo sólo pido paciencia, paciencia, paciencia... Es tan necesaria y escasea tanto!
Un beso y ánimo!
Lo de la flaccidez es desesperante x que si estas sola es muy dificil x no decir imposible manejarlo!!Ahora no quiero pensar lo que va a ser cuando tengan unos kilos mas, que empiecen a hacer caso x que ya no va a haber mano que los salve!!!Gracias x contarnos tu experiencia!!! Abrazo
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